martes, 31 de marzo de 2009

Jardines Hierbas arómaticas: Cultivo Comino de prado o Romano- Comino

Jardines
  • Nombre científico o latino: Carum carvi .Nombre común o vulgar: Alcaravea, Alcorobea, Carvia, Comino de prado, Hinojo de prado, Alcarahueya, Alcaravía, Alcarovea, Alcarovía, Alchirivia, Caravea, Comino armenio, Comino romano Familia: Umbelliferae (Umbelíferas).
  • Planta herbácea pero bienal.
  • No suele sobrepasar 1 m de altura.
  • Tallo estriado, anguloso, generalmente ramificado desde la base.
  • Las hojas tienen la forma de las hojas de la zanahoria.
  • Los frutos son ovoides, de 3-6 mm, glabros, comprimidos por el costado, muy olorosos y aromáticos en la madurez.
  • Las flores, en umbelas, son blancas con una tenue pincelada de rosa, y salen a mediados de verano.
  • Florece desde finales de primavera hasta principios de verano, madurando los frutos en verano.
  • Las semillas, ovaladas y puntiagudas, son de un marrón oscuro, casi negro.
  • Las hojas verde brillantes y plumosas tienen un sabor suave, entre el del perejil y el eneldo, mientras que las semillas, una especia, poseen un aroma fuerte y un sabor picante.
  • La planta se cultiva comercialmente por sus semillas en el norte de Europa, los Estados Unidos y el norte de África.
  • CULTIVO :
  • Crece en terrenos arcillosos y calcáreos, con buen drenaje.
  • Aparece en las zonas frescas montañosas de la mayor parte de Europa, excepto en la región mediterránea, alcanzando zonas de Asia.
  • Prados húmedos y bosques, sobre todo de zonas montañosas.
  • En España se encuentra en Pirineos, Aragán y otras zonas montanas, aunque no es frecuente.
  • Se planta en primavera, a veces acompañada por guisantes.
  • Después de cosechar éstos se escarda y se añade abono nitrogenado, aunque no es necesario si el terreno contiene demasiado nitrógeno.
  • El exceso hace que crezca rápidamente y produzca menos semillas.
  • Las semillas se plantan en hileras a 30-36 cm unas de otras.
  • En el segundo año se escarda y se dejan de 10 a 15 cm entre cada planta, Generalmente se necesitan 80 g de semillas por área.
  • La germinación tiene lugar de 2 a 3 semanas.
  • RECOLECCIÓN:
  • Deben recolectarse, en el segundo año (planta bienal), justo antes de que maduren.
  • Las semillas se recogen, cuando tienen un color marrón, por la mañana, en días nublados.
  • Se cortan con cuidado los tallos a ras del suelo. Se preparan en haces y se cuelgan para secar, a la sombra, en un lugar bien ventilado.
  • Colgarlas hacia abajo para que se sequen, con las cabezas envueltas en una bolsa de papel para recoger las semillas que caigan.
  • Es necesario tener presente que los frutos maduros se desprenden fácilmente de la planta, por lo que se debe recolectar antes de que maduren.
  • Una vez secos los haces, se trillan para separar las semillas, éstas tienen que extenderse por el suelo, para secarlas, volteándolas a menudo.
  • El secado debe ser concienzudo, pues si no pueden enmohecer
Comino:
  • Nombre científico o latino: Cuminum cyminum .Nombre común o vulgar: Comino
  • Familia: Umbelliferae (Umbelíferas). Origen: planta originaria de Siria y Egipto. El comino es una planta anual de 30-60 cm de altura. Las hojas del comino se dividen en segmentos delgados. Típica disposición de sus flores en forma de umbela, esto es, como si se tratara de un paraguas invertido, en el que todos los pedúnculos florales se unen al tallo por el mismo punto. Las flores del comino pueden ser blancas o rosadas, a final de primavera.
  • El fruto es alargado, más o menos achatado en sus extremos, semejante a un balón de rugby de 5 a 7 milímetros de largo por 1,5 de espesor.
  • Es en su fruto donde se encuentran los principios activos.
CULTIVO DEL COMINO
  • Luz: prefiere exposiciones de sol.
  • Requiere la planta de comino terrenos calizos y arcillosos.
  • El suelo no debe contener demasiado nitrógeno y sobre todo no haber sido abonados recientemente con estiércol.
  • Se siembra en primavera, en hileras a 25 cm de distancia unas de otras.
  • Escardar y regar a menudo.
  • Permita la maduración de las semillas de comino, después corte la planta, cubra los semilleros con bolsitas de papel para recoger las semillas y cuélguela cara abajo a secar.
  • RECOLECCIÓN DEL COMINO
  • Los frutos del comino se recogen a finales del verano, poco antes de que maduren y caigan de las plantas, Se cortan las matas por la mañana temprano y se dejan secar en un lugar bien ventilado, Seguidamente se separan las semillas y se guardan en un lugar seco, para evitar la humedad.
  • En Oriente Medio el comino se cultiva como planta de invierno, siendo recolectado a mano en los meses de abril y mayo.
  • Se recoge cuando las plantas están tiernas y los frutos no están completamente maduros y comienzan a amarillear, para evitar la pérdida de frutos durante la recolección; luego se deja secar al sol durante dos o tres días y después se sacude para que caigan las semillas, que es lo que se vende en el comercio.
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Flores Fotos de Flores silvestres :amarillas

Flores
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lunes, 30 de marzo de 2009

Plantas Abono para el Bonsái

Plantas Carencias

En ocasiones pueden darse situaciones de carencia de uno o varios de estos elementos, pues es posible que no se encuentren en cantidad suficiente en el sustrato o que, por el motivo que sea, no resulten accesibles para la planta en ese momento. Las causas que pueden llevar a un elemento a no ser accesible para la planta son bastante variadas, pudiendo ir desde un PH inadecuado en el sustrato, hasta que la simple falta de otro elemento impida su correcta absorción.
En cualquier caso conviene estar siempre atento a los síntomas mostrados por la planta y actuar de inmediato aportando un extra del elemento problemático, o del conjunto de ellos, si no se desea poner en peligro el árbol.

Repasando la lista de elementos esenciales tomados del sustrato (los elementos obtenidos de la atmósfera no presentan estos inconvenientes pues siempre se encuentran disponibles), podemos clasificar las siguientes tipologías:

Nitrógeno:
El síntoma más evidente de una carencia de nitrógeno es una clorosis general por toda la planta, pero especialmente más acusada en las hojas viejas e inferiores. Por clorosis se entiende una falta de clorofila apreciable en unos tonos de verde mucho más claros en las hojas, llegando incluso a volverse completamente amarillas.
En los casos más graves las hojas amarillean para luego quemarse y caer. Las hojas jóvenes permanecen verdes más tiempo ya que todavía pueden obtener ciertas cantidades de nitrógeno procedentes de las hojas más viejas. También puede darse el caso en algunas especies de que aparezca una coloración púrpura como resultado de la acumulación de pigmentos de antocianina.
Por el contrario, un exceso de nitrógeno se manifiesta en un follaje abundante, de color verde oscuro con hojas de gran tamaño y un sistema radical muy reducido, algo nada deseable en bonsái. Entre otras cosas porque puede llegarse a la situación de que las raíces sean incapaces de aportar el agua necesaria por toda la masa de follaje desarrollado. La floración y fructificación también suele verse retardada si existe un exceso de nitrógeno.

Los suelos suelen presentar carencias de nitrógeno con una mayor frecuencia que de cualquier otro elemento. Buena parte del nitrógeno presente en el suelo se encuentra en forma de compuestos orgánicos poco aprovechables por la planta, es tarea de un cierto tipo de bacterias descomponer estos compuestos para liberar el nitrógeno en dos formas iónicas fácilmente asimilables por la planta: nitrato y amonio. Estas formas iónicas se absorben y utilizan de forma muy rápida, entre otras cosas porque se disuelven con relativa facilidad, pero también hay que tener en cuenta que son retenidas por el sustrato con una cierta dificultad por lo que los sucesivos riegos arrastran buena parte de ellos. De todas formas el nitrógeno de origen orgánico es el más indicado para su uso en bonsái ya que actúa con una mayor lentitud y permanece en el sustrato por mas tiempo.
El nitrógeno así obtenido nitrógeno se utiliza como materia prima en multitud de compuestos por lo que suelos pobres en este elemento provocarán un lento desarrollo general de la planta. Además se trata de una sustancia necesaria para que la planta pueda llegar a utilizar los fosfatos contenidos en el suelo, lo cual incrementa aun más su importancia.

Fósforo:
Un síntoma característico de la deficiencia de fósforo es el enanismo que presentan estas plantas, al mismo tiempo que las hojas presentan un color verde oscuro. También resulta factible la aparición de pigmentaciones rojizas por la acumulación de antocianinas. Las hojas más antiguas adquieren una coloración café antes de morir.
En general la falta de fósforo dificulta el crecimiento y la madurez de la planta. Se trata de un elemento presente en numerosas proteínas, especialmente en áreas de rápido crecimiento como por ejemplo las puntas de las raíces, yemas, frutos, etc.
Un exceso de fósforo acelera los procesos de maduración y hace que la raíz se desarrolle en una mayor proporción que la parte aérea.

Por importancia se trata del segundo elemento limitante, tras el nitrógeno, en los suelos. Se suele presentar en dos formas iónicas distintas que se absorben a velocidades, la proporción de cada una vendrá marcada por el PH del sustrato lo que en resumidas cuentas hace que en suelos ácidos su absorción sea más rápida que en otros de PH más básico.

Potasio:
Los síntomas de carencias de potasio aparecen antes en las hojas más antiguas, en forma de una ligera clorosis rodeando a zonas necrosadas de color oscuro. Esto es así ya que se trata de un elemento que se transporta desde zonas más antiguas, donde se acumula, hasta las zonas en crecimiento cuando surge la necesidad. Estas zonas necrosadas son porciones de tejido muerto que aparecen con una mayor frecuencia en las puntas y bordes de las hojas, y entre las nervaduras de éstas. Otro síntoma es la presencia de tallos débiles que resultan fácilmente dañados por la acción del viento o la lluvia. Una escasa producción de flores y frutos suele ser también sintomática.

Es la tercera deficiencia más común en los suelos detrás de las dos anteriores. El potasio es un elemento esencial en los procesos de respiración, fotosíntesis y división celular, además de ser uno de los elementos que ayudan a mantener la turgencia en la planta. Actúa de catalizador para que otros elementos puedan realizar sus trabajos, además de ser un elemento que ejerce un cierto control sobre el nitrógeno evitando crecimientos frondosos y blandos en exceso. También contribuye en la formación de clorofila.

Azufre:
Un síntoma típico de su falta es una clorosis general en la hoja, incluyendo venas, generalmente empezando por las más jóvenes. El sistema radical suele debilitarse bastante ante carencias de azufre.
Las hojas también pueden absorber azufre a través de los estomas en forma de dióxido de azufre en estado gaseoso. Este compuesto es un subproducto habitual de determinados tipos de combustión que resulta bastante contaminante, pues al ser absorbido inicia toda una serie de procesos químicos que acaban por inhibir la fotosíntesis y por destruir la clorofila. Aparece lo que comúnmente se denomina "Lluvia ácida".

A diferencia de los anteriores, las raíces toman solo las cantidades de azufre que necesitan dejando el resto para ser lavado por el agua de riego. En realidad suele ser poco frecuente encontrarnos con deficiencias de azufre ya que abunda en la mayoría de los suelos. Es un elemento que forma parte de gran cantidad de proteínas.

Magnesio:
El magnesio es uno de los elemento involucrados principalmente en la formación de moléculas de clorofila. Por lo que el primer síntoma que se produce en ausencia de magnesio es una clorosis en las hojas mas viejas, concretamente entre sus venas, ya que por motivos todavía no de demasiado claros las células situadas en los haces vasculares retienen la clorofila durante más tiempo.

Calcio:
Las carencias aparecen primero en los tejidos más jóvenes, tanto en raíces, tallos como hojas, en forma de tejidos retorcidos y deformados. Es un elemento muy importante en la formación de las paredes celulares, además de en la distribución de azúcares, responsable en buena medida de un vigoroso crecimiento de raíces y ápice. Actúa también como catalizador facilitando la disponibilidad de otros elementos como el fósforo y el potasio.

En la mayoría de suelos suelen existir cantidades suficientes de este elemento como para que no se produzcan carencias, aunque en suelos ácidos con abundantes lluvias o riegos puede llegar a ocurrir. Sobretodo si se usa agua osmotizada.

Hierro:
Las plantas con carencia de hierro presentan también una acusada clorosis entre las venas de la hoja, pero a diferencia de lo que ocurría con el magnesio esta clorosis aparece primero en las hojas más jóvenes. En caso de una grave deficiencia de hierro toda la hoja puede acabar amarilleando o incluso llegando a tomar una coloración blanquecina con amplias zonas necrosadas. En realidad lo que sucede es que las carencias de hierro inhiben la formación de clorofila, a pesar de que este no forma parte de la molécula de clorofila en sí.

Se trata de un elemento que en ocasiones se cataloga como macronutriente a pesar de que se requiere únicamente en cantidades muy reducidas. En suelos básicos, o incluso neutros en determinadas circunstancias, el hierro puede encontrarse bloqueado en el sustrato convirtiéndose en inaccesible para la planta que acabará desarrollando carencias. Excesos de fosfatos, metales pesados, mal drenaje e incluso exceso de riego pueden llevar a esta desafortunada situación.

Cloro:
A pesar de que es relativamente raro que se produzcan carencias de este elemento, pues el cloro se encuentra presente en agua y sustratos gracias a su gran solubilidad, e incluso es arrastrado por el viento, los síntomas de una falta de cloro son: escaso crecimiento, marchitamiento, aparición de zonas con clorosis y tejidos necrosados. Las raíces disminuyen su longitud al tiempo que se hacen más gruesas y en ocasiones las hojas pueden adquirir tonalidades marronosas.

El cloro es uno de esos elementos que la planta va a tomar en grandes cantidades, hasta cien veces más de lo que realmente necesita. Una de sus funciones principales es la oxidación del agua, es decir la ruptura de la molécula de agua llevada a cabo durante el proceso de fotosíntesis.

Manganeso:
A pesar de que no sea una carencia de las más frecuentes, algunos síntomas son manchas de tejido muerto y clorótico dispersas por la hoja.

Se trata de un catalizador de gran importancia para el metabolismo vegetal. Contribuye a la asimilación del dióxido de carbono y a la acción de diversos enzimas.

Boro:
Las carencias de este elemento no son nada habituales aunque en ocasiones se producen patologías relacionadas con la descomposición de tejidos internos. Los síntomas son de lo más variado dependiendo de la edad y la especie, pero tienen en común una falta de crecimiento general de toda la planta, aunque en ocasiones también puede producir anormalidades en el desarrollo.

Su función la verdad es que todavía no se ha determinado con precisión. Se absorbe casi siempre en forma de ácido bórico sin disociar y su distribución por los tejidos es algo lenta.

Zinc:
Su carencia con frecuencia se manifiesta en forma de hojas muy pequeñas, y una notable disminución en el desarrollo de los internudos. En ocasiones se produce una cierta clorosis que indica que el zinc toma parte en los procesos de formación de clorofila, o por lo menos impide su destrucción.

El zinc se absorbe muy a menudo en forma de quelatos de zinc. Se trata de otro catalizador en el metabolismo del planta siendo importante en los procesos de respiración. También es muy posible que participe en la formación de hormona de crecimiento, auxina, por lo que su falta sería la responsable del poco desarrollo de tallos e internudos. Al mismo tiempo el zinc forma parte de multitud de enzimas necesarias para el buen funcionamiento de la planta.

Cobre:
La falta de cobre se aprecia por unas hojas jóvenes de un verde oscuro, deformadas y arrugadas y en ocasiones con rastros de necrosis.

Se trata de un elemento que se necesita en cantidades muy pequeñas, así que es realmente raro encontrar deficiencias de cobre. A pesar de todo es una posibilidad a tener muy en cuenta incluso en plena naturaleza ya que, por ejemplo, muchos suelos en Australia son extremadamente pobres en cobre, además de otros micronutrientes como el zinc, el molibdeno, etc.. También es importante tener en cuenta que hay que ser muy cuidadoso con los aportes extra de cobre pues rápidamente pueden alcanzarse los niveles de toxicidad. En realidad el margen entre la carencia y la toxicidad por exceso es muy estrecho para este elemento. El cobre se encuentra presente en diversas enzimas y proteínas.

Molibdeno:
Los síntomas de su falta pueden ir de una clorosis en la parte de la hoja situada entre las venas de las hojas más viejas, o incluso en pleno tallo, avanzando hasta las hojas más jóvenes, hasta el desarrollo de hojas retorcidas y deformes.

Realmente se sabe muy poco sobre como es absorbido o como se procesa en el interior de las células de las plantas, quizá por el hecho de que sea un elemento utilizado en cantidades traza, es decir, en cantidades realmente minúsculas. Parece jugar un papel en los procesos relacionados con el nitrógeno. Es quizá el elemento necesitado en menor cantidad de todos los listados por lo que su carencia es algo realmente raro. A pesar de eso pueden llegarse a producir en suelos muy deficitarios en este elemento como son los australianos, al igual que pasaba con el cobre.

Níquel:
Se trata de un elemento esencial que forma parte de determinadas enzimas necesarias para evitar la excesiva acumulación de urea en los tejidos vegetales. Las extremas carencias de este elemento provocan una acumulación de urea tal que las puntas de las hojas llegan a necrosarse ya que la enzima encargada de su eliminación no puede formarse. Cultivando en ambientes muy pobres en níquel puede llevar a la situación de que las semillas se conviertan en no viables siendo incapaces de germinar.

La mejor forma de evitar problemas de carencias es evitarlas en la medida de lo posible. Para ello hay que empezar cuidando el sustrato en que se planta: su capacidad de drenaje, de intercambio iónico, su composición, etc. Seguidamente se debe cuidar también el agua de riego. Esta debe ser lo más pura posible, pues cualquier sustancia extraña que transporte se irá acumulando en el sustrato y puede llegar a dificultar la absorción de algunos elementos esenciales, aunque solo sea por el simple método de modificar las condiciones del sustrato. Y finalmente debe prestarse especial atención a aquellos elementos que se añadan deliberadamente al sustrato, ya sea en forma de abonos, ya sea en forma de complementos: los excesos pueden ser tanto o más problemáticos que las carencias.En general se suele recomendar el uso de abonos de origen orgánico ya que dado su forma de funcionamiento, deben ser descompuestos por bacterias, el aporte de elementos es pausado y muy variado. Se evitan así los riesgos de sobredosis o de carencias de aquellos elementos que no vayan incluidos en la fórmula del abono químico utilizado. También es cierto que en ocasiones es útil, o incluso recomendable, el uso de abonos químicos. Precisamente ante situaciones de carencias concretas puede ser una forma rápida de solventarlas, siempre que el abono contenga el elemento problemático, claro está. Además de proporcionar un elemento de control más sobre la planta, como por ejemplo los abonos libres de nitrógeno usados de cara al otoño. En cualquier caso siempre se debe ser muy cuidadoso con el uso de estos abonos químicos pues un error en la dosis puede resultar fatal para la planta. Y además hay que tener presente que uno puede cultivar perfectamente usando casi exclusivamente abonos orgánicos, mientras que no siempre es posible decir lo mismo de los químicos. Como casi siempre se debe buscar un compromiso. Un equilibrio.


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viernes, 27 de marzo de 2009

Especial Fotos de flores :rosas... ¿sabes su nombre ?

Especial
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miércoles, 25 de marzo de 2009

Jardines Bonsái. Acacia

Jardines

  • Nombre científico: Acacia spp.

  • Nombre común: Acacia

  • Familia: Leguminosae (Leguminosas).

  • Especies de Acacia recomendadas para bonsái son, entre otras:
    - Acacia baileyana- Acacia chrysophilla- Acacia dealbata- Acacia farnesiana- Acacia karroo

  • Descripción: La mayoría de las acacias producen flores amarillas y frutos en vainas. Sin embargo, es muy difícil lograr que florezca una acacia cultivada como bonsái.

  • Estilos: Vertical informal. También admite el Vertical formal.
    Cuidados: Luz: Lugares muy luminosos, sol, por lo que deben permanecer en el exterior si no hay heladas.
    Temperaturas: Acacia es un género de clima cálido. Procurar que la temperatura siempre esté por encima de 10ºC. Ubicar en invernaderos o interiores frescos en invierno si hay heladas.

  • Substrato: La mezcla debe tener un buen drenaje y bajo contenido en materia orgánica. Se recomienda añadir un 30% de arena gruesa o material equivalente.

  • Riego: La acacia resiste la sequía, por lo que el riego debe ser moderado, dejando secar ligeramente entre riego y riego.

  • Abonado: Cada 15 ó 20 días durante el periodo de crecimiento (haciendo una pausa en pleno verano), utilizando dosis de fertilizante que sean la mitad de las aconsejadas por los fabricantes.

  • Alambrado: Puede realizarse cada año desde la primavera hasta el otoño. Las ramas endurecidas de Acacia son frágiles, por lo que hay que tener mucho cuidado.

  • Poda de Acacia: La poda se puede hacer después de la floración: podas de mantenimiento y de modelación de la parte aérea. Podar la copa en proporción a la cantidad de raíces podadas.Es esencial pinzar (cortar las puntas) de forma constante. No se debe defoliar (quitar las hojas). Las sujeciones se efectúan de primavera a otoño.

  • Plagas: Pueden aparecer Pulgones, moscas blancas, ácaros, thrips, cochinilla algodonosa, etc.

  • Trasplante: Cada 2 ó 3 años, dependiendo de la edad y el vigor del árbol. En primavera.
    Es preferible realizar el trasplantado antes de la llegada del tiempo más cálido, ya que las alteración de las raíces en vegetación la acusarían mucho.

  • Multiplicación: Por esquejes cortados en verano e impregnados con hormonas de enraizamiento.Por semillas es más fácil. La corteza de las semillas de acacias es muy dura por lo que, antes de su plantado, es recomendable rasgar ligeramente su parte inferior con un cuchillo e introducirlas en un baño de agua caliente (no hirviendo). Después de mantenerlas durante 2 días en agua se siembran con mayor probabilidad de éxito





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martes, 24 de marzo de 2009

Plantas Plantas anuales: Definición

Plantas
Las plantas anuales o de temporada son aquellas plantas herbáceas que tienen una vida de unos cuantos meses. Estas cuando llegan los fríos o cuando se pasa la floración se sacan de la tierra y se tiran. En las regiones donde el clima es cálido y no hay prácticamente heladas o son muy débiles, muchas pueden sobrevivir al invierno y florecer al siguiente año. Por ej.: Agerato, Amaranto, Cosmos, Tagetes, Petunia, Antirrino o Gallardía.
Esto no quiere decir que la planta al año siguiente crezca con la misma calidad que la que tuvo el primer año de floración que da el segundo año siempre es de peor calidad que la del primero; va degenerando. Plantas anuales son: Agerato, Amaranto, Antirrino, Calendula, Cresta de gallo, Cosmos, Clarkia, Alhelí amarillo (Cheiranthus cherii), Coronado (Callistephus chinensis), Clarkia, Cineraria hybrida, Digital (Digitalis purpurea), Girasol (Helianthus annus), Alegría de la casa (Impatiens walleriana), Lobelia, Petunia, Banderilla (Salvia splendens), Tagetes, Zinia, etc.
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lunes, 23 de marzo de 2009

Yuyos Hierbas arómaticas: Cultivo Comino de prado o Romano- Comino

Yuyos
  • Nombre científico o latino: Carum carvi .Nombre común o vulgar: Alcaravea, Alcorobea, Carvia, Comino de prado, Hinojo de prado, Alcarahueya, Alcaravía, Alcarovea, Alcarovía, Alchirivia, Caravea, Comino armenio, Comino romano Familia: Umbelliferae (Umbelíferas).
  • Planta herbácea pero bienal.
  • No suele sobrepasar 1 m de altura.
  • Tallo estriado, anguloso, generalmente ramificado desde la base.
  • Las hojas tienen la forma de las hojas de la zanahoria.
  • Los frutos son ovoides, de 3-6 mm, glabros, comprimidos por el costado, muy olorosos y aromáticos en la madurez.
  • Las flores, en umbelas, son blancas con una tenue pincelada de rosa, y salen a mediados de verano.
  • Florece desde finales de primavera hasta principios de verano, madurando los frutos en verano.
  • Las semillas, ovaladas y puntiagudas, son de un marrón oscuro, casi negro.
  • Las hojas verde brillantes y plumosas tienen un sabor suave, entre el del perejil y el eneldo, mientras que las semillas, una especia, poseen un aroma fuerte y un sabor picante.
  • La planta se cultiva comercialmente por sus semillas en el norte de Europa, los Estados Unidos y el norte de África.
  • CULTIVO :
  • Crece en terrenos arcillosos y calcáreos, con buen drenaje.
  • Aparece en las zonas frescas montañosas de la mayor parte de Europa, excepto en la región mediterránea, alcanzando zonas de Asia.
  • Prados húmedos y bosques, sobre todo de zonas montañosas.
  • En España se encuentra en Pirineos, Aragán y otras zonas montanas, aunque no es frecuente.
  • Se planta en primavera, a veces acompañada por guisantes.
  • Después de cosechar éstos se escarda y se añade abono nitrogenado, aunque no es necesario si el terreno contiene demasiado nitrógeno.
  • El exceso hace que crezca rápidamente y produzca menos semillas.
  • Las semillas se plantan en hileras a 30-36 cm unas de otras.
  • En el segundo año se escarda y se dejan de 10 a 15 cm entre cada planta, Generalmente se necesitan 80 g de semillas por área.
  • La germinación tiene lugar de 2 a 3 semanas.
  • RECOLECCIÓN:
  • Deben recolectarse, en el segundo año (planta bienal), justo antes de que maduren.
  • Las semillas se recogen, cuando tienen un color marrón, por la mañana, en días nublados.
  • Se cortan con cuidado los tallos a ras del suelo. Se preparan en haces y se cuelgan para secar, a la sombra, en un lugar bien ventilado.
  • Colgarlas hacia abajo para que se sequen, con las cabezas envueltas en una bolsa de papel para recoger las semillas que caigan.
  • Es necesario tener presente que los frutos maduros se desprenden fácilmente de la planta, por lo que se debe recolectar antes de que maduren.
  • Una vez secos los haces, se trillan para separar las semillas, éstas tienen que extenderse por el suelo, para secarlas, volteándolas a menudo.
  • El secado debe ser concienzudo, pues si no pueden enmohecer
Comino:
  • Nombre científico o latino: Cuminum cyminum .Nombre común o vulgar: Comino
  • Familia: Umbelliferae (Umbelíferas). Origen: planta originaria de Siria y Egipto. El comino es una planta anual de 30-60 cm de altura. Las hojas del comino se dividen en segmentos delgados. Típica disposición de sus flores en forma de umbela, esto es, como si se tratara de un paraguas invertido, en el que todos los pedúnculos florales se unen al tallo por el mismo punto. Las flores del comino pueden ser blancas o rosadas, a final de primavera.
  • El fruto es alargado, más o menos achatado en sus extremos, semejante a un balón de rugby de 5 a 7 milímetros de largo por 1,5 de espesor.
  • Es en su fruto donde se encuentran los principios activos.
CULTIVO DEL COMINO
  • Luz: prefiere exposiciones de sol.
  • Requiere la planta de comino terrenos calizos y arcillosos.
  • El suelo no debe contener demasiado nitrógeno y sobre todo no haber sido abonados recientemente con estiércol.
  • Se siembra en primavera, en hileras a 25 cm de distancia unas de otras.
  • Escardar y regar a menudo.
  • Permita la maduración de las semillas de comino, después corte la planta, cubra los semilleros con bolsitas de papel para recoger las semillas y cuélguela cara abajo a secar.
  • RECOLECCIÓN DEL COMINO
  • Los frutos del comino se recogen a finales del verano, poco antes de que maduren y caigan de las plantas, Se cortan las matas por la mañana temprano y se dejan secar en un lugar bien ventilado, Seguidamente se separan las semillas y se guardan en un lugar seco, para evitar la humedad.
  • En Oriente Medio el comino se cultiva como planta de invierno, siendo recolectado a mano en los meses de abril y mayo.
  • Se recoge cuando las plantas están tiernas y los frutos no están completamente maduros y comienzan a amarillear, para evitar la pérdida de frutos durante la recolección; luego se deja secar al sol durante dos o tres días y después se sacude para que caigan las semillas, que es lo que se vende en el comercio.
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jueves, 19 de marzo de 2009

Planta Juniperus phoenicea L. subsp phoenicea

Planta

Sabina negral

Arbusto o pequeño árbol de la familia de las cupresáceas de copa redondeada, follaje denso , corteza grisáceas o parda y fibrosa. Hojitas escuamiformes agrupadas en pequeñas ramillas. Las flores femeninas y masculinas suelen estar en el mismo pie de planta. Sus conos femeninos dan lugar a las fructificaciones típicas de los enebros y sabinas conocidas como arcéstidas, que en esta especie son de color rojizo en la madurez.

Especie de distribución Mediterránea y Macaronésica, que se cría en matorrales secos y pedregosos, en los roquedos que no permiten el crecimiento de encinas y otras especies esclerófitas, hasta los 1500m en altitud, muy adaptada a las condiciones continentales siendo muy resistente a las heladas y soportando extremas sequías.

Resulta sorprendente y espectacular el poder contemplar el verdor y vigor de estos arbustos en las secas y frías montañas mediterráneas con poco más de 300mm al año de precipitación, destacando sobre el ocre del entorno, siendo la especie dominante y conformando pequeños bosquetes o sabinares.
Fotografía realizada en un sabinar de la Sierra de Marmolance en Huéscar ( Granada), entorno donde confluyen varias provincias biogeográficas, y sectores botánicos.

domingo, 15 de marzo de 2009

Jardin Fotos de Flores silvestres :amarillas

Jardin
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sábado, 14 de marzo de 2009

Patio Caracteristicas Palmera de Bismarck

Patio Etimología: En honor al príncipe Otto von Bismarck, primer canciller alemán. Palmera de tronco simple, grueso, de 10-20 m de altura y hasta 35 cm de grosor. Hojas palmeadas, erectas o ligeramente curvadas, de color verde azulado, cubiertas en el pecíolo de una cera blanca. Segmentos en número de 50-75, largos. Inflorescencia con ramificaciones cortas. Fruto ovoide, de unos 4 cm de diámetro, de color marrón oscuro. Es una palmera de crecimiento más bien lento. Destaca por el color gris azulado de sus hojas, que la convierten en una de las palmeras más vistosas. En zonas libres de heladas se las puede ver plantadas en alineaciones, o formando grupos a diferentes niveles. Resulta excelente como ejemplar solitario. Buena para decorar patios y terrazas en su estado juvenil. En interiores muy iluminados también se la puede plantar, pero no es tan habitual. Los indígenas usan sus troncos y hojas para construir habitáculos. CULTIVO Exposición soleada incluso desde joven. No soporta heladas aunque puede resistir hasta -4ºC las plantas adultas y adaptadas. Se cultiva al exterior en muchas regiones mediterráneas. Tolera suelos pobres, aunque prefiere suelos fértiles y bien drenados. Si hay que extraerla del suelo es preciso hacerlo con mucho esmero, puesto que es difícil el trasplante, se muere si pierde el cepellón de tierra. Se multiplica por semillas que tardan en germinar.

viernes, 13 de marzo de 2009

Jardines Foto de Flores : rosa amarilla

Jardines
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jueves, 12 de marzo de 2009

Patios Hierbas arómaticas: Cultivo de Berro o Mastuerzo de agua

Patios
  • Nombre científico o latino: Nasturtium officinale Nombre común o vulgar: Berro, Mastuerzo de agua, Mastuerzo acuático
  • Familia: Brassicaceae. Hierba perenne rizomatosa.
  • Tallos de hasta 50 cm, que enraízan cerca de la base, ascendentes, gruesos y huecos.
  • Las hojas del berro son pinnatisectas, con segmentos obovales u oblongos, siendo el segmento del extremo de mayor tamaño que el resto.
  • La inflorescencia es un racimo laxo, con flores pequeñas y sépalos verdosos, la mitad de largos que los pétalos, que son de color blanco.
  • Florece el berro en primavera y verano.
  • Los frutos de berro son silicuas patentes, cortas, cilíndricas, algo arqueadas y más largas que los pedicelos.
  • Fueron cultivados por primera vez en Francia en el siglo XIV, y es en este mismo país donde actualmente gozan de un gran aprecio.
  • Es una hierba ideal para ensaladas y buena por su alto contenido de hierro
CULTIVO DEL BERRO:
  • El suelo tiene que tener, al menos, 8 cm de barro arenoso, rico en humus.
  • Se plantan los esquejes de berro, de unos 10-20 cm de largo, en hileras, a 10 cm unas de otras, y a 20 cm entre plantas.
  • Si se desea plantar semillas de berro, se siembran en tiestos que se deben mantener húmedos. Cuando las nuevas plantas tienen algunas hojas se ponen en agua, teniendo cuidado de que las hojas finales sobresalgan de la superficie del agua.
  • En invierno tienen que estar cubiertos de agua, lo que se consigue poniendo algunos ladrillos sobre los tallos.
  • RECOLECCIÓN DEL BERRO:
  • La época ideal de recolección del berro es en los meses de invierno, desde octubre hasta abril, aunque se puede recoger en cualquier época del año, siempre que la planta esté fresca y sin florecer.
  • Cuanto más joven y tierna sea la planta mayor valor culinario tendrá.
  • Se cortan los tallos de berro, aproximadamente de 8 cm, y se atan en pequeños manojos.
  • Estos manojos, bien lavados, se ponen en agua para conservarlos frescos hasta su consumo.
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miércoles, 11 de marzo de 2009

Planta Abono para el Bonsái

Planta Carencias

En ocasiones pueden darse situaciones de carencia de uno o varios de estos elementos, pues es posible que no se encuentren en cantidad suficiente en el sustrato o que, por el motivo que sea, no resulten accesibles para la planta en ese momento. Las causas que pueden llevar a un elemento a no ser accesible para la planta son bastante variadas, pudiendo ir desde un PH inadecuado en el sustrato, hasta que la simple falta de otro elemento impida su correcta absorción.
En cualquier caso conviene estar siempre atento a los síntomas mostrados por la planta y actuar de inmediato aportando un extra del elemento problemático, o del conjunto de ellos, si no se desea poner en peligro el árbol.

Repasando la lista de elementos esenciales tomados del sustrato (los elementos obtenidos de la atmósfera no presentan estos inconvenientes pues siempre se encuentran disponibles), podemos clasificar las siguientes tipologías:

Nitrógeno:
El síntoma más evidente de una carencia de nitrógeno es una clorosis general por toda la planta, pero especialmente más acusada en las hojas viejas e inferiores. Por clorosis se entiende una falta de clorofila apreciable en unos tonos de verde mucho más claros en las hojas, llegando incluso a volverse completamente amarillas.
En los casos más graves las hojas amarillean para luego quemarse y caer. Las hojas jóvenes permanecen verdes más tiempo ya que todavía pueden obtener ciertas cantidades de nitrógeno procedentes de las hojas más viejas. También puede darse el caso en algunas especies de que aparezca una coloración púrpura como resultado de la acumulación de pigmentos de antocianina.
Por el contrario, un exceso de nitrógeno se manifiesta en un follaje abundante, de color verde oscuro con hojas de gran tamaño y un sistema radical muy reducido, algo nada deseable en bonsái. Entre otras cosas porque puede llegarse a la situación de que las raíces sean incapaces de aportar el agua necesaria por toda la masa de follaje desarrollado. La floración y fructificación también suele verse retardada si existe un exceso de nitrógeno.

Los suelos suelen presentar carencias de nitrógeno con una mayor frecuencia que de cualquier otro elemento. Buena parte del nitrógeno presente en el suelo se encuentra en forma de compuestos orgánicos poco aprovechables por la planta, es tarea de un cierto tipo de bacterias descomponer estos compuestos para liberar el nitrógeno en dos formas iónicas fácilmente asimilables por la planta: nitrato y amonio. Estas formas iónicas se absorben y utilizan de forma muy rápida, entre otras cosas porque se disuelven con relativa facilidad, pero también hay que tener en cuenta que son retenidas por el sustrato con una cierta dificultad por lo que los sucesivos riegos arrastran buena parte de ellos. De todas formas el nitrógeno de origen orgánico es el más indicado para su uso en bonsái ya que actúa con una mayor lentitud y permanece en el sustrato por mas tiempo.
El nitrógeno así obtenido nitrógeno se utiliza como materia prima en multitud de compuestos por lo que suelos pobres en este elemento provocarán un lento desarrollo general de la planta. Además se trata de una sustancia necesaria para que la planta pueda llegar a utilizar los fosfatos contenidos en el suelo, lo cual incrementa aun más su importancia.

Fósforo:
Un síntoma característico de la deficiencia de fósforo es el enanismo que presentan estas plantas, al mismo tiempo que las hojas presentan un color verde oscuro. También resulta factible la aparición de pigmentaciones rojizas por la acumulación de antocianinas. Las hojas más antiguas adquieren una coloración café antes de morir.
En general la falta de fósforo dificulta el crecimiento y la madurez de la planta. Se trata de un elemento presente en numerosas proteínas, especialmente en áreas de rápido crecimiento como por ejemplo las puntas de las raíces, yemas, frutos, etc.
Un exceso de fósforo acelera los procesos de maduración y hace que la raíz se desarrolle en una mayor proporción que la parte aérea.

Por importancia se trata del segundo elemento limitante, tras el nitrógeno, en los suelos. Se suele presentar en dos formas iónicas distintas que se absorben a velocidades, la proporción de cada una vendrá marcada por el PH del sustrato lo que en resumidas cuentas hace que en suelos ácidos su absorción sea más rápida que en otros de PH más básico.

Potasio:
Los síntomas de carencias de potasio aparecen antes en las hojas más antiguas, en forma de una ligera clorosis rodeando a zonas necrosadas de color oscuro. Esto es así ya que se trata de un elemento que se transporta desde zonas más antiguas, donde se acumula, hasta las zonas en crecimiento cuando surge la necesidad. Estas zonas necrosadas son porciones de tejido muerto que aparecen con una mayor frecuencia en las puntas y bordes de las hojas, y entre las nervaduras de éstas. Otro síntoma es la presencia de tallos débiles que resultan fácilmente dañados por la acción del viento o la lluvia. Una escasa producción de flores y frutos suele ser también sintomática.

Es la tercera deficiencia más común en los suelos detrás de las dos anteriores. El potasio es un elemento esencial en los procesos de respiración, fotosíntesis y división celular, además de ser uno de los elementos que ayudan a mantener la turgencia en la planta. Actúa de catalizador para que otros elementos puedan realizar sus trabajos, además de ser un elemento que ejerce un cierto control sobre el nitrógeno evitando crecimientos frondosos y blandos en exceso. También contribuye en la formación de clorofila.

Azufre:
Un síntoma típico de su falta es una clorosis general en la hoja, incluyendo venas, generalmente empezando por las más jóvenes. El sistema radical suele debilitarse bastante ante carencias de azufre.
Las hojas también pueden absorber azufre a través de los estomas en forma de dióxido de azufre en estado gaseoso. Este compuesto es un subproducto habitual de determinados tipos de combustión que resulta bastante contaminante, pues al ser absorbido inicia toda una serie de procesos químicos que acaban por inhibir la fotosíntesis y por destruir la clorofila. Aparece lo que comúnmente se denomina "Lluvia ácida".

A diferencia de los anteriores, las raíces toman solo las cantidades de azufre que necesitan dejando el resto para ser lavado por el agua de riego. En realidad suele ser poco frecuente encontrarnos con deficiencias de azufre ya que abunda en la mayoría de los suelos. Es un elemento que forma parte de gran cantidad de proteínas.

Magnesio:
El magnesio es uno de los elemento involucrados principalmente en la formación de moléculas de clorofila. Por lo que el primer síntoma que se produce en ausencia de magnesio es una clorosis en las hojas mas viejas, concretamente entre sus venas, ya que por motivos todavía no de demasiado claros las células situadas en los haces vasculares retienen la clorofila durante más tiempo.

Calcio:
Las carencias aparecen primero en los tejidos más jóvenes, tanto en raíces, tallos como hojas, en forma de tejidos retorcidos y deformados. Es un elemento muy importante en la formación de las paredes celulares, además de en la distribución de azúcares, responsable en buena medida de un vigoroso crecimiento de raíces y ápice. Actúa también como catalizador facilitando la disponibilidad de otros elementos como el fósforo y el potasio.

En la mayoría de suelos suelen existir cantidades suficientes de este elemento como para que no se produzcan carencias, aunque en suelos ácidos con abundantes lluvias o riegos puede llegar a ocurrir. Sobretodo si se usa agua osmotizada.

Hierro:
Las plantas con carencia de hierro presentan también una acusada clorosis entre las venas de la hoja, pero a diferencia de lo que ocurría con el magnesio esta clorosis aparece primero en las hojas más jóvenes. En caso de una grave deficiencia de hierro toda la hoja puede acabar amarilleando o incluso llegando a tomar una coloración blanquecina con amplias zonas necrosadas. En realidad lo que sucede es que las carencias de hierro inhiben la formación de clorofila, a pesar de que este no forma parte de la molécula de clorofila en sí.

Se trata de un elemento que en ocasiones se cataloga como macronutriente a pesar de que se requiere únicamente en cantidades muy reducidas. En suelos básicos, o incluso neutros en determinadas circunstancias, el hierro puede encontrarse bloqueado en el sustrato convirtiéndose en inaccesible para la planta que acabará desarrollando carencias. Excesos de fosfatos, metales pesados, mal drenaje e incluso exceso de riego pueden llevar a esta desafortunada situación.

Cloro:
A pesar de que es relativamente raro que se produzcan carencias de este elemento, pues el cloro se encuentra presente en agua y sustratos gracias a su gran solubilidad, e incluso es arrastrado por el viento, los síntomas de una falta de cloro son: escaso crecimiento, marchitamiento, aparición de zonas con clorosis y tejidos necrosados. Las raíces disminuyen su longitud al tiempo que se hacen más gruesas y en ocasiones las hojas pueden adquirir tonalidades marronosas.

El cloro es uno de esos elementos que la planta va a tomar en grandes cantidades, hasta cien veces más de lo que realmente necesita. Una de sus funciones principales es la oxidación del agua, es decir la ruptura de la molécula de agua llevada a cabo durante el proceso de fotosíntesis.

Manganeso:
A pesar de que no sea una carencia de las más frecuentes, algunos síntomas son manchas de tejido muerto y clorótico dispersas por la hoja.

Se trata de un catalizador de gran importancia para el metabolismo vegetal. Contribuye a la asimilación del dióxido de carbono y a la acción de diversos enzimas.

Boro:
Las carencias de este elemento no son nada habituales aunque en ocasiones se producen patologías relacionadas con la descomposición de tejidos internos. Los síntomas son de lo más variado dependiendo de la edad y la especie, pero tienen en común una falta de crecimiento general de toda la planta, aunque en ocasiones también puede producir anormalidades en el desarrollo.

Su función la verdad es que todavía no se ha determinado con precisión. Se absorbe casi siempre en forma de ácido bórico sin disociar y su distribución por los tejidos es algo lenta.

Zinc:
Su carencia con frecuencia se manifiesta en forma de hojas muy pequeñas, y una notable disminución en el desarrollo de los internudos. En ocasiones se produce una cierta clorosis que indica que el zinc toma parte en los procesos de formación de clorofila, o por lo menos impide su destrucción.

El zinc se absorbe muy a menudo en forma de quelatos de zinc. Se trata de otro catalizador en el metabolismo del planta siendo importante en los procesos de respiración. También es muy posible que participe en la formación de hormona de crecimiento, auxina, por lo que su falta sería la responsable del poco desarrollo de tallos e internudos. Al mismo tiempo el zinc forma parte de multitud de enzimas necesarias para el buen funcionamiento de la planta.

Cobre:
La falta de cobre se aprecia por unas hojas jóvenes de un verde oscuro, deformadas y arrugadas y en ocasiones con rastros de necrosis.

Se trata de un elemento que se necesita en cantidades muy pequeñas, así que es realmente raro encontrar deficiencias de cobre. A pesar de todo es una posibilidad a tener muy en cuenta incluso en plena naturaleza ya que, por ejemplo, muchos suelos en Australia son extremadamente pobres en cobre, además de otros micronutrientes como el zinc, el molibdeno, etc.. También es importante tener en cuenta que hay que ser muy cuidadoso con los aportes extra de cobre pues rápidamente pueden alcanzarse los niveles de toxicidad. En realidad el margen entre la carencia y la toxicidad por exceso es muy estrecho para este elemento. El cobre se encuentra presente en diversas enzimas y proteínas.

Molibdeno:
Los síntomas de su falta pueden ir de una clorosis en la parte de la hoja situada entre las venas de las hojas más viejas, o incluso en pleno tallo, avanzando hasta las hojas más jóvenes, hasta el desarrollo de hojas retorcidas y deformes.

Realmente se sabe muy poco sobre como es absorbido o como se procesa en el interior de las células de las plantas, quizá por el hecho de que sea un elemento utilizado en cantidades traza, es decir, en cantidades realmente minúsculas. Parece jugar un papel en los procesos relacionados con el nitrógeno. Es quizá el elemento necesitado en menor cantidad de todos los listados por lo que su carencia es algo realmente raro. A pesar de eso pueden llegarse a producir en suelos muy deficitarios en este elemento como son los australianos, al igual que pasaba con el cobre.

Níquel:
Se trata de un elemento esencial que forma parte de determinadas enzimas necesarias para evitar la excesiva acumulación de urea en los tejidos vegetales. Las extremas carencias de este elemento provocan una acumulación de urea tal que las puntas de las hojas llegan a necrosarse ya que la enzima encargada de su eliminación no puede formarse. Cultivando en ambientes muy pobres en níquel puede llevar a la situación de que las semillas se conviertan en no viables siendo incapaces de germinar.

La mejor forma de evitar problemas de carencias es evitarlas en la medida de lo posible. Para ello hay que empezar cuidando el sustrato en que se planta: su capacidad de drenaje, de intercambio iónico, su composición, etc. Seguidamente se debe cuidar también el agua de riego. Esta debe ser lo más pura posible, pues cualquier sustancia extraña que transporte se irá acumulando en el sustrato y puede llegar a dificultar la absorción de algunos elementos esenciales, aunque solo sea por el simple método de modificar las condiciones del sustrato. Y finalmente debe prestarse especial atención a aquellos elementos que se añadan deliberadamente al sustrato, ya sea en forma de abonos, ya sea en forma de complementos: los excesos pueden ser tanto o más problemáticos que las carencias.En general se suele recomendar el uso de abonos de origen orgánico ya que dado su forma de funcionamiento, deben ser descompuestos por bacterias, el aporte de elementos es pausado y muy variado. Se evitan así los riesgos de sobredosis o de carencias de aquellos elementos que no vayan incluidos en la fórmula del abono químico utilizado. También es cierto que en ocasiones es útil, o incluso recomendable, el uso de abonos químicos. Precisamente ante situaciones de carencias concretas puede ser una forma rápida de solventarlas, siempre que el abono contenga el elemento problemático, claro está. Además de proporcionar un elemento de control más sobre la planta, como por ejemplo los abonos libres de nitrógeno usados de cara al otoño. En cualquier caso siempre se debe ser muy cuidadoso con el uso de estos abonos químicos pues un error en la dosis puede resultar fatal para la planta. Y además hay que tener presente que uno puede cultivar perfectamente usando casi exclusivamente abonos orgánicos, mientras que no siempre es posible decir lo mismo de los químicos. Como casi siempre se debe buscar un compromiso. Un equilibrio.


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